El papel, conformado por fibras de celulosa, ha representado desde el inicio de los tiempos, un elemento inseparable de la humanidad. Originalmente, las hojas de lino fueron utilizadas para la elaboración de papiros, depositando colorantes muy diversos y aprovechando la capacidad de intercambio de las fibras de celulosa y en consecuencia su habilidad para adsorber los iones metálicos contenidos en las tintas.
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