Gran parte de los envoltorios plásticos que vemos en las tiendas de comestibles se pueden reciclar, desde las cajas de huevos, a los envases de leche y potes de mantequilla. Pero, ¿qué ocurre con esa película de plástico delgada que se pone alrededor de las porciones triangulares de queso manchego en el contenedor de lácteos o con el entrecot de casi medio kilo que está guardado en la refrigerador?
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